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domingo, 30 de octubre de 2011

Marcelino Champagnat y la Congregación Marista

 Marcelino Champagnat y la Congregación de Hermanos dedicados a la educación de niños y jóvenes
 
El 28 de octubre de 1816, ocurrió un suceso que movió definitivamente a Marcelino a poner en marcha su proyecto. Le llamaron para que fuera al caserío de un carpintero de Les Palais, pequeño núcleo situado más allá del Bessat. Allí un joven de diecisiete años se estaba muriendo. El muchacho ignoraba por completo las verdades de la fe. Marcelino le enseñó, le escuchó en confesión y le preparó a bien morir. Luego salió para visitar a otro enfermo de las cercanías. Cuando volvió al caserío de Montagne, le dijeron que Juan Bautista ya había muerto.


Este encuentro transformó a Marcelino. El desconocimiento que el muchacho tenía sobre Jesús le convenció de que Dios le llamaba a fundar una congregación de hermanos que evangelizaran a los jóvenes, en especial a los más desatendidos. En el tiempo que invirtió de regreso a la casa parroquial, ya tenía la decisión tomada: invitaría a Juan María Granjon a convertirse en el primer miembro de su comunidad de hermanos educadores.
 
Símbolo de los hermanos Maristas

Las tres violetas son el símbolo por excelencia de los hermanos maristas. Representan las tres cualidades que Marcelino Champagnat observó que debían ser imitadas de la buena madre: Humildad, Sencillez y Modestia. 

Frases de Marcelino Champagnat
 La quinta esencia de la pedagogía de San Marcelino era su gran devoción a la Virgen Santísima. Repetía a sus religiosos:

“Todo en honor de Jesús, pero por medio de María. Todo por María, para llevar hacia Jesús”. Y les decía:”Nuestra Comunidad pertenece por completo a Nuestra Señora la Madre de Dios. Nuestras actividades deben estar dirigidas a hacerla amar, estimar y glorificar. Inculquemos su devoción a nuestros jóvenes, y así los llevaremos más fácilmente hacia Jesucristo”.


 1.  Buenos cristianos y virtuosos ciudadanos.


2.  Educad al hijo y no será necesario castigar al hombre.


3.
  Todo a Jesús por María y todo a María para Jesús.


4.   "Si tenéis la dicha de grabar en el corazón de los niños y de los jóvenes el amor y la confianza en la Virgen María, habéis asegurado su salvación." 


5.  "Enseñar a un niño una lección del catecismo, una oración como el padrenuestro o el avemaría, es una acción mucho mayor y más meritoria a los ojos de Dios que ganar una batalla."


6.  
"No puedo ver a un niño o a un joven sin sentir profundas ganas de gritarle lo hermoso que es vivir y el gran amor que el Padre Dios nos tiene."
 
7.  "He ahí un corazón creado a imagen de Dios, salvado con la sangre de Jesús y destinado a ser inmensamente feliz; sin embargo, tal vez ese niño ignore esas verdades y nadie se preocupe de enseñárselas."






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